martes, 15 de mayo de 2007

¡Bienvenidos!

Bienvenidos a nuestro blog dedicado a la lectura, al análisis y a la producción de textos literarios.María, Amanda y Vanessa os guiaremos en el maravilloso mundo de la literatura, os daremos las pautas para que entendáis las obras más emblemáticas de la literatura española a través de actividades, os invitaremos a exponer vuestras propias producciones etc. En este blog pretendemos concienciaros de que el conocimiento se adquiere a través de las palabras y que los libros son como nuestros ojos, nos brindan conocimiento e información y nos guían por el difícil camino de la vida...
Os invitamos también a que cada uno escriba en este apartado una breve presentación sobre sus preferencias literarias, sobre el tiempo que dedica a la lectura, con qué fin, sus libros preferidos, etc., para compartir los intereses y hábitos de las personas que vamos a conformar este blog.
Con ello, os damos la bienvenida y os invitamos a adentraros en él.

jueves, 19 de abril de 2007

¡CONSTRUYAMOS UN FINAL PARA ESTE CUENTO!


En esta entrada vamos a trabajar con un cuento del uruguayo Mario Benedetti, un autor representativo de la literatura hispanoamericana del siglo XX.Si queréis conocer más acerca del autor y su obra pinchad aquí En este cuento de Mario Benedetti, podéis imaginar y escribir un final, feliz o infeliz, dramático, absurdo, apabullante, extraño, inesperado (como queráis)y así jugaréis al escritor.
Miss Amnesia
(La muerte y otras sorpresas, 1968)

"La muchacha abrió los ojos y se sintió apabullada por su propio desconcierto. No recordaba nada. Ni su nombre, ni su edad, ni sus señas. Vio que su falda era marrón y que la blusa era crema. No tenía car­tera. Su reloj pulsera marcaba las cuatro y cuarto. Sintió que su lengua estaba pastosa y que las sienes le palpitaban. Miró sus manos y vio que las uñas tenían un esmalte transparente. Estaba sentada en el banco de una plaza con arboles, una plaza que en el centro tenía una fuente vieja, con angelitos, y algo así como tres platos paralelos. Le pareció horrible. Desde su banco veía comercios, grandes letre­ros. Pudo leer: Nogaró, Cine Club, Porley Muebles, Marcha, Partido Nacional. Junto a su pie izquierdo vio un trozo de espejo, en forma de triángulo. Lo recogió. Fue consciente do una enfermiza curiosidad cuando se enfrentó a aquel rostro que era el suyo. Fue como si lo viera por primera vez. No le trajo ningún recuerdo. Trató de calcular su edad. Tendré dieciséis o diecisiete años, pensó. Curiosamente, re­cordaba los nombres de las cosas (sabía que esto era un banco, eso una columna, aquello una fuente, aquello otro un letrero), pero no podía situarse a sí misma en un lugar y en un tiempo. Volvió a pensar, esta vez en voz alta: “Sí debo tener dieciséis o diecisiete”, sólo para confirmar que era una frase en español. Se preguntó si además hablaría otro idioma. Nada. No recordaba nada. Sin embargo, experimen­taba una sensación de alivio, de serenidad, casi de inocencia. Estaba asombrada, claro, pero el asombre no le producía desagrado. Tenía la confusa impre­sión de que esto era mejor que cualquier otra cosa, corno si a sus espaldas quedara algo abyecto, algo horrible. Sobre su cabeza el verde de los árboles tenía dos tonos, y el ciclo casi no se veía. Las palo­mas se acercaron a ella, pero en seguida se retiraron, defraudadas. En realidad, no tenía nada para darles. Un mundo de gente pasaba junto al banco, sin pres­tarle atención. Sólo algún muchacho la miraba. Ella estaba dispuesta a dialogar, incluso lo deseaba, pero aquellos volubles con templadores siempre terminaban por vencer su vacilación y seguían su camino. En­tonces alguien se separó de la corriente. Era un hom­bre cincuentón, bien vestido, peinado impecablemen­te, con alfiler de corbata y portafolio negro. Ella intuyó que le iba a hablar. ¿Me habrá reconocido? pensó. Y tuvo miedo de que aquel individuo la in­trodujera nuevamente en su pasado. Se sentía tan feliz en su confortable olvido. Pero el hombre sim­plemente vino y preguntó: “¿Le sucede algo, señorita?” Ella lo contempló largamente. La cara del tipo le ínspiró confianza. En realidad, todo le inspiraba con­fianza. “Hace un rato abrí los ojos en esta plaza y no recuerdo nada, nada de lo de antes.” Tuvo la im­presión de que no eran necesarias más palabras. Se dio cuenta de su propia sonrisa cuando vio que el hombre también sonreía. Él le tendió la mano. Dijo: “Mi nombre es Roldán, Félix Roldán”. “Yo no sé mi nombre”, dijo ella, pero estrechó la mano. “No importa. Usted no puede quedarse aquí. Venga con­migo. ¿Quiere?” Claro que quería. Cuando se incor­poró, miró hacia las palomas que otra vez la rodea­ban, y reflexionó: Qué suerte, soy alta. El hombre llamado Roldán la tomó suavemente del codo, y le propuso un rumbo. “Es cerca”, dijo. ¿Qué sería lo cer­ca? No importaba. La muchacha se sentía como una turista. Nada le era extraño y sin embargo no podía reconocer ningún detalle. Espontáneamente, enlazó su brazo débil con aquel brazo fuerte. El traje era sua­ve, de una tela peinada, seguramente costosa. Miró hacia arriba (el hombre era alto) y le sonrió. Él también sonrió, aunque esta vez separó un poco los labios. La muchacha alcanzó a ver un diente de oro. No preguntó por el nombre de la ciudad. Fue él quien le instruyó: “Montevideo”. La palabra cayó en un hondo vacío. Nada. Absolutamente nada. Ahora iban por una calle angosta, con baldosas levantadas y obras en construcción. Los autobuses pasaban junto al cordón y a veces provocaban salpicaduras de un agua barrosa. Ella pasó la mano por sus piernas para limpiarse unas gotas oscuras. Entonces vio que no tenía medías. Se acordó de la palabra medias. Miró hacia arriba y encontró unos balcones viejos, con ro­pa tendida y un hombre en pijama. Decidió que le gustaba la ciudad.
“Aquí estamos”, dijo el hombre llamado Roldán junto a una puerta de doble hoja. Ella pasó prime­ro. En el ascensor, el hombre marcó el piso quinto. No dijo una palabra, pero la miró con ojos inquietos. Ella retribuyó con una mirada rebosante de confian­za. Cuando él sacó la llave para abrir la puerta del apartamento, la muchacha vio que en la mano de­recha él llevaba una alianza y además otro anillo con una piedra roja. No pudo recordar cómo se llamaban las piedras rojas. En el apartamento no había nadie. Al abrirse la puerta, llegó de adentro una bocanada de olor a encierro, a confinamiento. El hombre llamado Roldán abrió una ventana y la invitó a sentarse en uno de los sillones. Luego trajo copas, hielo, whisky. Ella recordó las palabras hielo y copa. No la palabra whisky. El primer trago de alcohol la bizo toser, pero le cayó bien. La mirada de la mu­chacha recorrió los muebles, las paredes, los cuadros. Decidió que el conjunto no era armónico, pero es­taba en la mejor disposición de ánimo y no se escandalizó. Miró otra vez al hombre y se sintió có­moda, segura. Ojalá nunca recuerde nada hacia atrás, pensó. Entonces el hombre soltó una carcajada que la sobresaltó, “Ahora decime, mosquita muerta. Ahora que estamos solos y tranquilos, eh, vas a decirme quién sos.” Ella volvió a toser y abrió desmesura­damente los ojos. “Ya le dije, no me acuerdo.” Le pareció que el hombre estaba cambiando vertigino­samente, como si cada vez estuviera menos elegante y más ramplón, como si por debajo del alfiler de corbata o del traje de tela peinada, le empezara a brotar una espesa vulgaridad, una inesperada anti­patía. “¿Miss Amnesia? ¿Verdad?” Y eso ¿qué signi­ficaba?"

Escribe tu propuesta en los comentarios

Puedes conocer el final aquí
A alguien se le ocurrió hacer un vídeo con base en este cuento.

viernes, 23 de marzo de 2007

Libros electrónicos



¿Habéis oído hablar alguna vez de los libros electrónicos? Este espacio lo vamos a dedicar a informaros de las ventajas que nos ofrece la tecnología para fomentar la lectura...

¡Estad atentos al siguiente video donde obtendréis información acerca de éstos!



¿Creéis que son útiles los libros electrónicos? ¡Os invitamos a que publiquéis vuestros comentarios!

Si queréis descargaros libros en español, os facilitamos una de los link que te permite descargarlos gratis. Probadlo y ¡a leer!.

jueves, 22 de marzo de 2007

¡CONSTRUYAMOS UN POEMA ENTRE TODOS!




En este espacio os presentamos un poema de Gloria Fuertes (1917-1998), una de las voces más importantes y populares de la literatura infantil española del s.XX.
Si queréis saber un poquito más de su vida y obra, pinchar aquí

Para empezar os invitamos a que leáis este divertido poema con atención:

LAS COSAS, NUESTRAS COSAS...
Las cosas, nuestras cosas,
les gustan que las quieran;
a mi mesa le gusta que yo apoye los codos,
a la silla le gusta que me siente en la silla,
a la puerta le gusta que la abra y la cierre
como al vino le gusta que lo compre y lo beba,
mi lápiz se deshace si lo cojo y escribo,
mi armario se estremece si lo abro y me asomo,
las sábanas son sábanas cuando me echo sobre ellas
y la cama se queja cuando yo me levanto.
¿Qué será de las cosas cuando el hombre se acabe?
Como perros las cosas no existen sin el amo.

En este poema la autora está personificando los objetos... ¿Os atrevéis vosotros también a hacerlo? Os invitamos a que continuéis este divertido poema con otros objetos cotidianos que se os ocurra. Escribid cada uno dos versos continuando el poema que ha escrito vuetro compañero.Poned un poco de imaginación, adelante y ¡a crear!

Cortad y pegad el poema creado por vuestro compañero en el últino comentario y añadid vuestras propias creaciones. Os sugerimos que puntuéis los versos de vuestros compañeros con una nota del 0-10.
Mucha suerte, ¡artistas!

domingo, 18 de marzo de 2007

POEMA MACHADO

Vamos a trabajar un poema de Antonio Machado, uno de los poetas españoles del SXX que perteneció a la llamada "generación del 98". ¿Lo conocéis? Seguramente habréis oído los típicos versos de "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." que musicó Joan Manel Serrat, uno de los cantantes catalanes más reconocidos. Para empezar esta actividad, oíd la letra de la canción con atención y posteriormente leed el poema.





¿Os ha gustado?,¿habéis entendido el significado de la letra?. Ahora leed el poema y prestad atención a las metáforas que aparecen.

Cantares...

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingravidos y gentiles,
como pompas de jabon.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
sъbitamente y quebrarse...

Nunca perseguн la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada mбs;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrбs
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algъn tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyу la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Muriу el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un paнs vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso.

-De qué es metáfora el acto de caminar en el poema "Caminante, son tus huellas"?
-¿Qué vienen a representar el camino y el caminar en este poema?

sábado, 17 de marzo de 2007

EL RENACUAJO PASEADOR




El hijo de rana, Rinrín renacuajo
Salió esta mañana muy tieso y muy majo
Con pantalón corto, corbata a la moda
Sombrero encintado y chupa de boda.

-¡Muchacho, no salgas¡- le grita mamá
pero él hace un gesto y orondo se va.

Halló en el camino, a un ratón vecino
Y le dijo: -¡amigo!- venga usted conmigo,
Visitemos juntos a doña ratona
Y habrá francachela y habrá comilona.

A poco llegaron, y avanza ratón,
Estírase el cuello, coge el aldabón,
Da dos o tres golpes, preguntan: ¿quién es?
-Yo doña ratona, beso a usted los pies

¿Está usted en casa? -Sí señor sí estoy,
y celebro mucho ver a ustedes hoy;
estaba en mi oficio, hilando algodón,
pero eso no importa; bienvenidos son.

Se hicieron la venia, se dieron la mano,
Y dice Ratico, que es más veterano :
Mi amigo el de verde rabia de calor,
Démele cerveza, hágame el favor.

Y en tanto que el pillo consume la jarra
Mandó la señora traer la guitarra
Y a renacuajo le pide que cante
Versitos alegres, tonada elegante.

-¡Ay! de mil amores lo hiciera, señora,
pero es imposible darle gusto ahora,
que tengo el gaznate más seco que estopa
y me aprieta mucho esta nueva ropa.

-Lo siento infinito, responde tía rata,
aflójese un poco chaleco y corbata,
y yo mientras tanto les voy a cantar
una cancioncita muy particular.

Mas estando en esta brillante función
De baile y cerveza, guitarra y canción,
La gata y sus gatos salvan el umbral,
Y vuélvese aquello el juicio final

Doña gata vieja trinchó por la oreja
Al niño Ratico maullándole: ¡Hola!
Y los niños gatos a la vieja rata
Uno por la pata y otro por la cola

Don Renacuajito mirando este asalto
Tomó su sombrero, dio un tremendo salto
Y abriendo la puerta con mano y narices,
Se fue dando a todos noches muy felices

Y siguió saltando tan alto y aprisa,
Que perdió el sombrero, rasgó la camisa,
se coló en la boca de un pato tragón
y éste se lo embucha de un solo estirón

Y así concluyeron, uno, dos y tres
Ratón y Ratona, y el Rana después;
Los gatos comieron y el pato cenó,
¡y mamá Ranita solita quedó!

Para una mejor comprensión del texto, responde estas preguntas:

¿Cuántos personajes intervienen en la poesía?
¿Cuál es el personaje principal?
¿Cómo estaba vestido el renacuajo paseador?
¿Que instrumento musical se menciona en la poesía?
¿Qué beben?
¿A qué oficio se dedicaba doña Ratona?
¿Qué animales arruinaron la fiesta?
¿A dónde fue a parar el renacuajo paseador?


¿Habéis entendido todas las palabras del texto? Seguramente habréis tenido dificultad para entender términos como "francachela", "hicieron la venia", "chupa de boda", "darle gusto", ya que como sabréis, algunas palabras hispanoamericanas son diferentes a las que se usan en España. ¿Conocéis alguna palabra que se diga sólo en América latina?

En el texto encontramos también expresiones y palabras coloquiales como: "majo", "comilona", "pillo", "embuchar", etc. ¿Conoces su significado?

Cuento en verso





En este espacio os vamos a presentar un cuento en verso de Rafael Pombo (1833-1912), uno de los grandes poetas y narradores del romanticismo hispanoamericano.
Si queréis saber un poquito más sobre él, podéis consultar su vida y obra aquí

EL RENACUAJO PASEADOR



¿Que os sugiere este título?
¿Podéis imaginar quién va a ser el personaje principal de esta historia?


¡Ahora vais a resolver estas preguntas no leyendo el poema sino escuchándolo!